Las mezclas bituminosas se utilizan mayoritariamente en carreteras, autopistas y otras infraestructuras (por ejemplo, instalaciones deportivas). Por tanto, la calidad de las mezclas bituminosas puede influir directamente en la calidad y seguridad de estas estructuras. Las mezclas bituminosas comercializadas en el mercado europeo están reguladas por el Reglamento de Productos de Construcción 305/2011 (CPR).